El 18 de enero de 1960, Frank Morris aterrizó bajo una fuerte vigilancia en la prisión más temida e infame de Estados Unidos en la isla de Alcatraz, una fortaleza aislada a la que solo se trasladaba a los criminales más peligrosos y de la que no había retorno. Impulsado por un fuerte afán de libertad y provocado por los castigos arbitrarios y sin escrúpulos de la dirección de la prisión, él y algunos compañeros de prisión comienzan a preparar un plan que nadie ha logrado aún: escapar de Alcatraz.